Hace unos días me encontré con la foto que ilustra este post, en linkedin. Esta es:
Es una foto real, con una solicitud de ayuda real y con todos los comentarios y recomendaciones que veis. Un caso desesperado, como tantos que nos rodean, como tantos con los que tenemos contacto y como tantos que desconocemos.
Ese mismo día, leo en un periódico de tirada nacional que ha llegado a España un conferenciante holandés, calificado a sí mismo, como un “generador de optimismo” que va a hacer una gira por todo el territorio español, ¡generando optimismo!. Ay madre…
Y la cosa sigue… Ese mismo día, como tantos días, como todos los días…encuentro mi facebook, inundado de mensajes rosas acerca de proyectos financiados por organismos públicos para personas desempleadas en los que los resultados más impactantes parece ser que son el optimismo que generan.
Tengo que confesar que he dejado de seguir a personas que pasan de impulsar, a ser pedantes y a “empachar” de palabras vacías mi universo.
Porque ante una realidad como la que nos muestra la foto de este post, veo, constato y sufro a personas que están viviendo “una realidad paralela”, ajena a esto. Esta persona no necesita palabras empalagosas, ni “generadores de optimismo”. Esta persona necesita una orientación profesional, en el sentido más amplio de la palabra, seria y con garantía de resultados.
¿Qué estamos haciendo? ¿Es el nuevo opio del pueblo?
Creo que ya es el momento del ¡basta ya!. Es el momento de que nuestros proyectos y programas den respuesta a necesidades reales (busco trabajo) y no a realidades paralelas (soy happy-zen aunque necesito trabajo y no me estás ayudando a encontrarlo)
Releo este post y me digo que soy un poco dura, pero día a día hay muchos profesionales que nos dejamos la piel para lograr inserción real de personas, que participamos en procesos de selección de personal para encontrar el mejor tándem candidato-empresa, que lo damos todo por la gestión del cambio en las organizaciones, que nos vamos a la cama agotados pero con la felicidad del trabajo bien hecho y del impacto social logrado y que no nos entra en “nuestro mapa mental” el coro de palmeros de los “generadores de optimismo” y sucedáneos.
Releo este post y me digo ¡no a las realidades paralelas!, ¡sí a las intervenciones que den respuesta a la realidad que nos toca vivir! Será que son las 23 horas de un martes y llevo una hora de retraso en el aeropuerto de Barcelona, destino a Alicante para dejarme la piel en la gestión del cambio de una empresa, impactando en estrategia y en su equipo directivo, a partir de las 8 de la mañana del dīa siguiente.Con mucho optimismo, sin lugar a dudas, pero como “herramienta de trabajo”, no como objetivo.
En fin… que algo tiene que cambiar en tanto derroche de flower-power que nos deja inmersos en esa realidad paralela tan distante del “tengo 43 años y llevo diez meses sin trabajo” Y ahí lo dejo… 😉 Espero generar, como mínimo, polémica…
Gracias por tu comentario Juan! La verdad es que esto vuelve a ser una nueva burbuja… Ahora inflamos en estas cosas que nos mantienen entretenidos, mientras que se gastan fondos públicos sin ninguna eficiencia. Un saludo!
Me parece muy buena reflexión, para gobierno, sindicatos y otras organizaciones que viven una vida paralela al mundo real español. ¿Brotes verdes? Brotes de caraduras de empresarios aprovechando al máximo las últimas leyes laborales para despedir y contratar a salarios más bajos ¿en aras de la productividad? Contrato a las mismas personas, si me interesan, con menos salarios o busco edades con ayudas por contratar personas de largo paro, jóvenes bien preparados cobrando lo que sea…. este es hoy nuestro país.